Este nuevo concepto de especies "naturalizadas" hace referencia a aquellas que se hayan "establecido permanentemente antes de la entrada en vigor de esta ley", que "no tengan efectos significativos en el medio en que habita" y que supongan "un especial interés, social o económico".
El pleno ha aprobado las enmiendas finales de la modificación de la ley de manera que no se aplicará la sentencia del Tribunal Supremo que promovía su erradicación.
La nueva ley que ha sido aprobada introduce que la conservación debe tener en cuenta "las exigencias económicas, sociales y culturales" de cada región. Así, las comunidades podrán legislar teniendo en cuenta la flexibilidad que la nueva ley les aporta.
La ley recoge además un artículo específico para la trucha arcoiris. Se defiende la repoblación de arcoiris estériles para "restar presión de pesca a la trucha autóctona", satisfaciendo así la demanda y tratando de mantener las actividades económicas relacionadas, no solo en el ámbito directo de la pesca, sino también en acuicultura.
En el debate en el Senado se han visto de frente de nuevo las dos posturas que ya defendieron los promotores y opositores a la nueva ley en el Parlamento. Así, por parte de los partidarios a amnistiar a trucha, carpa y otras especies, se ha defendido que la ley proporciona "soluciones a la protección del medio ambiente y la protección actividad y empleo de los sectores cinegético y piscícola", y que algunas de ellas "no suponen problema ambiental alguno" en aquellos lugares en los que "estén presentes desde antiguo".
Por parte de los que se oponían a la modificación de la ley se ha vuelto a escuchar el argumento del daño producido por dichas especies en los ecosistemas, según ha sido demostrado por la comunidad científica.
Así, lo previsible es que tras esta aprobación, vuelva a permitirse la pesca y liberación de unas y otras especies dependiendo de la presencia histórica en cada región.
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