El anzuelo y las lesiones
Elegir uno u otro tipo de señuelo y anzuelo es una de las decisiones que más influyen en las tasas de captura ya que la lesión producida al clavar al pez se considera el principal factor de mortalidad en la pesca deportiva.
La acción del clavado consiste idealmente en enganchar la porción anterior de la boca cerca de los labios, una zona que contiene hueso, cartílago, piel y algún músculo. Los estudios realizados al respecto sugieren que una lesión en esa zona no tiene mayores consecuencias. Sin embargo, en ocasiones el anzuelo se engancha involuntariamente en tejidos más sensibles como esófago, estómago, branquias, ojos..., causando daño físico y sangrado que puede conducir a la mortalidad.
El tipo de anzuelo también influye en la facilidad de su extracción antes de la liberación del pez. Esto puede provocar una mayor exposición al aire, y otros daños.
En general, el grado de lesión ocasionada al pez a través del clavado y durante el desenganche viene dados por la incidencia de muchos factores incluyendo la especie, su tamaño, la temperatura del agua y del aire, el tipo de señuelo, el tipo de anzuelo, el montaje, la técnica de pesca y, muy importante, la habilidad y experiencia de pescador.
La importancia del tipo de anzuelo
La elección del anzuelo y el señuelo, que como hemos mencionado es de gran importancia. Este puede ser ajustado y en algunas circunstancias regulado para cumplir objetivos de conservación, especialmente en cotos o reservas donde sea obligatorio el "captura y suelta". Para tomar decisiones al respecto nos podemos guiar por algunos aspectos clave.
En general, cuantos menos anzuelos usemos en nuestro aparejo o compongan el señuelo, más se reducirán las lesiones físicas y los tiempos de desenganche.
Así mismo, es fundamental usar anzuelos del tamaño apropiado. Un anzuelo mal dimensionado tendrá más posibilidades de producir una herida más grave y requerir de un mayor tiempo para la liberación.
Los anzuelos "sin muerte" son especialmente recomendados. Reducen los tiempos de lesión y desenganche, por lo que son obligatorios en muchas cotos de "captura y suelta". Sin embargo, hay poca evidencia de que los anzuelos sin muerte reduzcan la mortalidad.
Los anzuelos en forma de círculo también reducen típicamente la incidencia de lesiones con respecto a los anzuelos tradicionales con forma de "J", particularmente cuando se utilizan cebos naturales o blandos.
Además, los anzuelos de abertura ancha, como muchos que se utilizan para montajes con señuelos blandos, producen menos enganches profundos. En general, cuanto más agudo sea el ángulo de cierre de la curvatura del anzuelo, mayor posibilidad hay de que se produzca una herida en una zona profunda.
Diferentes técnicas y cebos
También hay diferencias en la gravedad de la herida producida por diferentes técnicas y tipos de cebo. Por ejemplo, el uso de cebos naturales suele producir mayores lesiones que al usar cebos artificiales. Lo mismo pasa al comparar diferentes tipos de artificiales: los señuelos blandos, como vinilos, suelen producir peores enganches que los señuelos duros, como crankbaits
Las diferentes técnicas también suelen estar asociadas a un tamaño determinado de los anzuelos. Por ejemplo, los anzuelos sobre los que se realizan montajes para la pesca a mosca, pueden producir un enganche más profundo que los usados para la pesca con señuelos blandos.
Además, el tamaño del anzuelo también influye en la eficacia del enganche en muchas especies. Los señuelos más grandes a menudo disminuyen las tasas de captura, particularmente de peces más pequeños. Así cada especie de peces (o tal vez incluso la población o clase de edad) probablemente tiene un tamaño de señuelo ideal que equilibra la probabilidad de éxito de la captura y la lesión producida por el anzuelo.
Finalmente, el tiempo que se espera hasta realizar la maniobra de "clavado" también tiene su importancia. Dejar que el pez "trague" completamente, cuando pescamos con cebos naturales, puede producir heridas más profundas.
La importancia de la experiencia del pescador
Finalmente, quizás uno de los mayores factores relevantes es la habilidad del pescador a la hora de desanzuelar. Es muy común en pescadores con poca experiencia un desanzuelado precipitado, quizás por falta de habilidad en el manejo, quizás por el nerviosismo del momento, que conlleva un desgarro con malas consecuencias para el pez. Esto se corrige con la experiencia e, importante también, con el uso de material de extracción adecuado.
En definitiva, usar anzuelos de tamaño apropiado, más bien redondeado e idealmente "sin muerte", y aprender a realizar una maniobra de desanzuelado rápida y limpia nos ayudarán a provocar un daño mínimo al pez y poder disfrutar de las buenas sensaciones que da ver como aquel pez que nos ha hecho disfrutar, puede continuar su curso y recuperarse rápidamente.